Maduro, presidente de Venezuela, ha conseguido mantenerse en el poder gracias a dos factores: los militares y el hambre que sufre la población. Maduro ha conseguido una toma total del poder en Venezuela gracias a una camarilla que comparte con los militares los pocos negocios que genera el estado y en conjunto mantienen adormecida a una población que no puede hacer otra cosa que sobrevivir. Además, los comisarios políticos cubanos, que hacen a su vez de vigías de voluntades, son una pieza clave en la estructura de poder de Maduro.
En la actualidad, son 13 los ministros militares y se acerca nuevamente a los 14 puestos que los uniformados ocuparon en el gobierno en 2017. Maduro ha logrado repartir el poder dentro de las fuerzas armadas de tal manera que a ningún general se le ocurra levantarse en un golpe de Estado. La economía venezolana se ha retrajado un 75% entre 2013 y 2021 y la inflación es tan alta que resulta difícil explicarla en números. La oposición, las sanciones internacionales y el exilio, son apenas estertores que hacen ilusionar, pero que no modifican la realidad.
La situación política y económica en Venezuela, tras una década del gobierno de Nicolás Maduro además de la crisis que afronta, se torna incierta. Se destaca que la supervivencia de Maduro y su entorno en el poder se debe principalmente a la lealtad de las fuerzas armadas y a una sociedad debilitada por la pobreza y el hambre.
Asesores cubanos a cargo de las decisiones en políticas en Venezuela
La influencia de los “asesores” cubanos dentro de las fuerzas armadas y la política venezolana en general es la que ha propiciado que Maduro se haya anclado en el poder pese al descontento del pueblo de Venezuela. Cuba exportó su modelo de gobierno a Venezuela, y que sus asesores siguen manteniendo una presencia importante en el país.
La estructura militar venezolana es enorme y está altamente controlada por el gobierno. Además, la existencia de “comisarios políticos” dentro del ejército, muchos de los cuales son agentes de inteligencia cubanos.
A pesar de la oposición y las sanciones internacionales, Maduro y su entorno siguen manteniendo el poder en Venezuela, gracias a su control del ejército y su capacidad para mantener a la población bajo control. No obstante, la economía venezolana se ha deteriorado significativamente en los últimos años, lo que ha llevado a una grave crisis humanitaria en el país.
Gobernando a pesar de la crisis
El gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela ha sido objeto de críticas por su represión política y la gestión económica desastrosa que ha llevado al país a una profunda crisis humanitaria. En este contexto, un artículo publicado en el diario El País destaca el papel clave que han tenido los militares y los comisarios políticos cubanos para mantener a Maduro en el poder durante una década.
Según el artículo, el gobierno de Maduro se ha basado en un entramado de poder construido en torno a las fuerzas armadas venezolanas y los asesores cubanos dentro de los cuarteles. Los militares tienen un gran control sobre el estado, participando en los negocios que genera y en el control social a través de los colectivos paramilitares. El artículo indica que Cuba ha exportado su modelo a Venezuela y Nicaragua, pero que solo en Caracas ha funcionado realmente.
Los militares y su influencia en el estado
La estructura militar en Venezuela es enorme, con 150.000 uniformados manejados por más de 2.000 altos mandos. El general Vladimir Padrino, que ocupa el ministerio de Defensa desde 2018, es uno de los más poderosos, pero Chávez ya había repartido el poder dentro de las fuerzas armadas de tal manera que a ningún general se le ocurra levantarse en un golpe de Estado como él mismo había hecho en 1998. El artículo también señala que hay cientos de “comisarios políticos” cubanos en la estructura militar venezolana, muchos de los cuales son agentes de inteligencia.
En cuanto a la economía, Venezuela se ha visto afectada por una inflación desenfrenada que ha dificultado la vida de los ciudadanos. La economía venezolana se contrajo un 75% entre 2013 y 2021, y la inflación es tan alta que resulta difícil explicarla en números. El artículo sugiere que la sociedad venezolana está fracturada y que el hambre ha inmovilizado a la población, lo que ha permitido que Maduro y sus seguidores mantengan su control sobre el país.
La oposición a Maduro ha tenido dificultades para encontrar una solución al problema. Aunque ha habido intentos de derrocar al gobierno, incluyendo el intento del ex presidente interino Juan Guaidó de armar un alzamiento en su contra, el entramado de poder construido por Maduro y los militares es difícil de romper. La estructura militar está altamente fragmentada y muchos soldados están intimidados por el ejército dentro de sus filas. Además, la persecución a lo interno del PSUV y de las fuerzas armadas dificulta cualquier quiebre en la estructura de poder.