Semaglutida y nuevos fármacos para la obesidad: cómo actúan, qué dice la evidencia y cuáles son sus límites

obesidadLa obesidad se ha convertido en uno de los principales desafíos de salud pública global: desde 1990, la prevalencia se duplicó en adultos y se cuadruplicó en adolescentes, según la OMS. Su origen es multifactorial e involucra condiciones ambientales, factores psicosociales y predisposición genética. En paralelo al aumento de casos, surgieron nuevos tratamientos farmacológicos que buscan mejorar el control del peso y reducir riesgos asociados como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y cáncer.

Entre ellos destacan los análogos del GLP-1, especialmente la semaglutida, compuestos que replican la acción de una hormona intestinal que regula la glucosa y el apetito. Esta familia de medicamentos es hoy uno de los grandes focos de interés médico y mediático.

Una nueva generación de fármacos para el control del peso

En Argentina llegó recientemente Wegovy (semaglutida 2.4 mg) del laboratorio Novo Nordisk, indicado específicamente para control de peso en combinación con cambios en el estilo de vida. Comparte principio activo con Ozempic (Novo Nordisk) y Dutide (Elea), usados para diabetes tipo 2.

Las características principales:

  • administración subcutánea semanal,

  • venta solo con receta, excepto Dutide, que es de venta libre,

  • requiere seguimiento médico,

  • dosis mayores cuando el objetivo es la pérdida de peso.

Qué es la semaglutida y por qué ganó tanta popularidad

Originalmente aprobada para diabetes tipo 2, la semaglutida logró demostrar una notable reducción de peso en personas con obesidad o sobrepeso con comorbilidades.

Según el Dr. Daniel Woo, jefe de Nutrición del Hospital Italiano:
“La semaglutida puede ayudar a controlar la glucosa y también a reducir el peso corporal, pero no es un fármaco milagroso; siempre debe integrarse en un tratamiento completo con nutrición, ejercicio e intervenciones conductuales”.

La OMS incluyó la semaglutida en su Lista Modelo de Medicamentos Esenciales, lo que podría contribuir a mejorar su accesibilidad frente a los altos precios actuales.

El medicamento actúa imitando la hormona GLP-1, que:

  • estimula la liberación de insulina,

  • reduce la glucosa sanguínea,

  • actúa sobre centros cerebrales que regulan el apetito y la saciedad.

Su auge responde a:

  1. Resultados clínicos superiores a los de fármacos previos.

  2. Alta exposición mediática, que aumentó la demanda.

Para la médica nutricionista Marianela Aguirre Ackerman, esto marcó “un cambio profundo en el abordaje de la obesidad, cuyos tratamientos farmacológicos históricamente ofrecían resultados modestos”.

Debate sobre intereses comerciales

No todos comparten el entusiasmo. El Dr. Pedro Martínez Duartez, cirujano bariátrico del Hospital Universitario Austral, alertó:
“Los laboratorios están haciendo publicidad masiva. La industria que se mueve alrededor de estos medicamentos es enorme”.

También señala datos de Estados Unidos: desde 2021, la cirugía bariátrica cayó cerca de 9%, mientras que el uso de estos fármacos aumentó más de 100%.

Qué dice la evidencia científica

La mayoría de los estudios revisados señala pérdida de peso clínicamente significativa, aunque casi todos fueron financiados por la industria farmacéutica, lo que exige interpretación cuidadosa.

Principales hallazgos:

1. NEJM 2021 (STEP 1)

  • semaglutida 2.4 mg vs placebo durante 68 semanas

  • pérdida promedio: –14,9% vs –2,4%

  • mejoras cardiometabólicas.

2. JAMA 2021 (STEP 4)

  • quienes continuaron el fármaco mantuvieron la pérdida

  • quienes pasaron a placebo: recuperaron peso.

3. Nature Medicine 2022 (STEP 5)

  • evaluación a 2 años

  • reducción sostenida: –15,2% vs –2,6%.

4. SELECT 2024 (Nature Medicine)

  • 17.604 participantes con enfermedad cardiovascular

  • seguimiento: 208 semanas

  • pérdida de peso: –10,2% vs –1,5%.

Otras revisiones sistemáticas y metaanálisis confirman eficacia, con efectos adversos principalmente gastrointestinales: náuseas, diarrea, vómitos o constipación.

Efectos adversos y limitaciones

Los especialistas coinciden en que el medicamento es “seguro y con buena relación riesgo-beneficio”, pero remarcan varios puntos clave:

Efectos adversos frecuentes

  • náuseas,

  • vómitos,

  • diarrea,

  • constipación.
    Suelen aparecer al iniciar o aumentar la dosis.

Limitaciones

  • al suspenderlo, el cuerpo tiende a recuperar peso, lo cual es esperado por la fisiología de la obesidad, no un “rebote”.

  • el costo dificulta su acceso.

  • no está indicado para personas que desean bajar “solo unos kilos”, sino para obesidad o sobrepeso con riesgos asociados.

La Dra. Aguirre Ackerman lo resume:
“La obesidad no depende de la voluntad. La semaglutida no cura la enfermedad, pero es una herramienta valiosa dentro de un abordaje integral”.

Martínez Duartez agrega:
“Ni la cirugía ni la medicación son para todos. Pero si los médicos solo tuvieran fármacos a mano, medicarían a todos. El tratamiento debe personalizarse”.

Una herramienta eficaz, pero no suficiente

Los expertos coinciden en que estos fármacos representan un gran avance, pero requieren:

  • acompañamiento médico,

  • cambios sostenidos en el estilo de vida,

  • apoyo psicológico y nutricional,

  • un enfoque a largo plazo para una enfermedad crónica.

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