Estados Unidos sancionó este jueves a cinco entidades iraníes, entre ellas los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de Teherán considerado por Washington como un grupo terrorista, por “intentos descarados” de injerencia en las elecciones estadounidenses del 3 de noviembre.
Las entidades objetivo son los Guardianes de la Revolución y su unidad de élite para las operaciones exteriores, la Fuerza Qods, ambas ya sancionadas en varias ocasiones por Washington. También fueron sancionados el Bayan Rasaneh Gostar Institute, presentado como la herramienta de propaganda de los Guardianes de la Revolución, así como la Unión iraní de radios y televisoras islámicas y la Unión internacional de medios virtuales.
Esos grupos han trabajado para “sembrar discordia entre la población votante al difundir desinformación en línea y ejecutar operaciones de influencia maligna con el objetivo de confundir a los votantes estadounidense”, indicó el Departamento del Tesoro.
“Entidades del gobierno iraní, disfrazadas de medios, apuntaron a Estados Unidos con el objetivo de minar el proceso democrático”, agregó.
Bayan Gostar, considerada por las autoridades norteamericanas como una “compañía fantasma” de las Fuerzas Quds para hacer propaganda, tomó la delantera en las actividades. Antes de los comicios, “el personal de Bayan Gostar ha planeado influir en las elecciones explotando los asuntos sociales dentro de los Estados Unidos, incluyendo la pandemia covid-19, y denigrando a las figuras políticas de los Estados Unidos”.
“En fecha tan reciente como el verano de 2020, Bayan Gostar estaba preparado para ejecutar una serie de operaciones de influencia dirigidas a la población de los Estados Unidos antes de las elecciones presidenciales”, apuntó el Tesoro norteamericano.
Los dos grupos de medios de comunicación fueron parte de esa operación.
“El régimen iraní utiliza narrativas falsas y otros contenidos engañosos para tratar de influir en las elecciones estadounidenses”, aseguró este jueves, sin más precisiones, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, quien prometió “combatir los esfuerzos de todo actor extranjero que amenace el proceso electoral”.
Ante esta situación, las empresas de medios de comunicación social de Estados Unidos bloquearon las cuentas y los anuncios que determinaron que eran parte de los esfuerzos de influencia respaldados por el régimen iraní relacionados con las elecciones y las cuestiones sociales.
Las sanciones, que prohíben a los americanos y a las entidades estadounidenses hacer negocios con los grupos iraníes, probablemente tienen poco impacto real, ya que la Guardia Revolucionaria iraní y las Fuerzas Quds ya están sujetos a sanciones de gran alcance.
Esta medida tiene lugar un día después de que el director de la Inteligencia Nacional de EEUU, John Ratcliffe, informara que Irán y Rusia están tratando de interferir en los comicios.
“Queremos alertar a la población de que hemos identificado que dos actores extranjeros, Irán y Rusia, han tomado acciones específicas para influir en la opinión pública en relación con nuestras elecciones”, manifestó Ratcliffe en una comparecencia del FBI a 13 días de las elecciones.
El director de la Inteligencia Nacional sostuvo que el régimen de Irán, específicamente, envió correos electrónicos a los estadounidenses “diseñados para intimidar a los votantes, incitar a la agitación social y dañar al presidente (Donald] Trump”.
Además, de acuerdo con la misma denuncia, Irán habría distribuido un video implicando que las personas pueden enviar boletas fraudulentas, incluso desde fuera de Estados Unidos.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos también sancionó al embajador iraní en Bagdad, el general Iraj Masjedi, por su pertenencia a la Guardia Revolucionaria Islámica. El Tesoro informó que la inclusión de Masjedi, un asesor cercano del ex comandante de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani, en su lista de personas sancionadas, se debe a su actividad “en nombre” de dicha entidad militar iraní.
“En sus décadas de servicio con el grupo (la fuerza Qods de la Guardia Revolucionaria), Masjedi ha supervisado un programa de entrenamiento y apoyo a grupos de milicias iraquíes, y ha dirigido o apoyado a grupos responsables de ataques que han matado y herido a las fuerzas estadounidenses y de la coalición en Irak”, remarcó el Tesoro en un comunicado.
Desde su puesto como embajador en Bagdad, agrega la nota, Masjedi “ha aprovechado para ocultar las transferencias financieras realizadas en beneficio” de la Guardia Revolucionaria, una rama de las Fuerzas Armadas creada hace cuatro décadas, tras el triunfo de la Revolución Islámica, para proteger al sistema teocrático.
Masjedi era un estrecho colaborador del poderoso general de la Guardia Revolucionaria Qasem Soleimani, abatido en enero pasado en un ataque contra drones de Estados Unidos en Bagdad, lo que provocó una grave escalada de la tensión en la región.
“El régimen iraní amenaza la seguridad y soberanía de Irak al nombrar a funcionarios de la Guardia Revolucionaria como embajadores en la región para llevar a cabo su agenda exterior desestabilizadora”, aseveró Mnuchin.