El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, adelantó que su administración —en caso de volver a la Casa Blanca tras las elecciones de noviembre— planea aplicar nuevos aranceles sobre productos estratégicos como semiconductores y medicamentos, con el objetivo declarado de fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones, especialmente de países considerados adversarios comerciales.
Durante una entrevista concedida a la cadena financiera CNBC, Trump aseguró que los chips y semiconductores —componentes fundamentales para la industria tecnológica moderna— deben fabricarse dentro de territorio estadounidense, argumentando que se trata de una cuestión de soberanía industrial y seguridad nacional.
“Queremos que los semiconductores se hagan aquí, en Estados Unidos. No podemos depender de países extranjeros para algo tan crítico”, afirmó Trump.
Aranceles de hasta 250% a productos farmacéuticos
Más allá del sector tecnológico, el expresidente republicano también propuso un aumento significativo en los aranceles a los productos farmacéuticos importados, sugiriendo un esquema progresivo que podría alcanzar hasta el 250%, lo cual representaría el mayor incremento arancelario aplicado a un sector específico desde el inicio de su agenda proteccionista.
Esta medida, de implementarse, impactaría directamente en la cadena global de suministro de medicamentos y podría tener repercusiones tanto en los precios internos como en las relaciones comerciales con socios clave en Asia y Europa.
Expertos en comercio internacional ya anticipan que una política de esta magnitud podría generar represalias por parte de países exportadores y afectar la estabilidad de los mercados, especialmente en sectores tan sensibles como el farmacéutico.
Advertencias a países con balanza comercial desfavorable
Trump también defendió su postura de imponer aranceles a países con grandes superávits comerciales frente a Estados Unidos, entre ellos Suiza, y advirtió que en las próximas 24 horas podrían anunciarse nuevas tarifas comerciales contra India, en respuesta a las compras de petróleo ruso que ha venido realizando ese país.
La Casa Blanca no ha confirmado si estas amenazas serán ejecutadas como parte de una nueva estrategia comercial o si forman parte de las declaraciones de campaña del expresidente, quien busca capitalizar el descontento industrial y reforzar su imagen como defensor de la economía estadounidense.
Reacciones divididas
El anuncio ha generado opiniones encontradas tanto en Wall Street como entre líderes empresariales. Mientras algunos sectores manufactureros aplauden la intención de proteger la industria nacional, otros advierten sobre el riesgo de una escalada comercial internacional, mayores precios para los consumidores y un posible aislamiento económico de Estados Unidos.
Analistas del Peterson Institute for International Economics señalaron que una política tan agresiva en materia arancelaria podría “provocar una nueva guerra comercial con consecuencias imprevisibles para el comercio global”.
Trump, sin embargo, mantiene una base política firme en torno a su retórica de “Estados Unidos primero” y apuesta a que las industrias nacionales serán fortalecidas si se recupera la producción interna de bienes estratégicos como microchips y medicinas.