Noticias destacadas

Dietas desequilibradas y comida rápida aceleran la aparición de diabetes en jóvenes menores de 45 años, alertan especialistas en salud

diabetesLa diabetes, una enfermedad que durante décadas estuvo asociada principalmente a adultos mayores, está mostrando un rostro cada vez más joven. Médicos y especialistas en salud advierten que en los últimos años se ha registrado un aumento sostenido de diagnósticos de diabetes y otros trastornos metabólicos en personas menores de 45 años, un fenómeno que guarda una relación directa con los hábitos alimenticios deficientes y el estilo de vida acelerado que predomina en amplios sectores de la población.

Aunque en Venezuela no existen estadísticas oficiales actualizadas que permitan dimensionar con exactitud el alcance del problema, la evidencia clínica es contundente. Consultorios públicos y privados están recibiendo semanalmente a pacientes jóvenes —algunos incluso adolescentes— con alteraciones en los niveles de glicemia, resistencia a la insulina y diagnósticos tempranos de diabetes tipo 2, una condición prevenible en la mayoría de los casos.

Un patrón que se repite en las consultas médicas

Especialistas señalan que el perfil de estos pacientes suele ser similar: personas activas laboralmente, con jornadas extensas, poco tiempo para comer y una alta dependencia de alimentos preparados en la calle. La llamada “comida rápida” o los populares “combos económicos”, que pueden costar entre 1,2 y 3 dólares, se han convertido en la principal opción alimentaria diaria para muchos trabajadores y estudiantes.

Estos menús, aunque accesibles desde el punto de vista económico, suelen estar cargados de harinas refinadas, grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio, con un bajo o nulo aporte de fibra, vitaminas y minerales. El consumo frecuente de este tipo de alimentos genera un impacto directo en el metabolismo, favoreciendo el aumento de peso, la acumulación de grasa abdominal y el desarrollo de alteraciones en el manejo de la glucosa.

Médicos consultados explican que no se trata de casos aislados. En promedio, al menos dos o tres pacientes por semana, dentro del rango de edad de 16 a 45 años, acuden a consulta con síntomas asociados a desórdenes metabólicos. Fatiga constante, sed excesiva, aumento de peso, infecciones recurrentes y dificultad para concentrarse son algunas de las señales de alerta más comunes.

Dietas hipercalóricas y sedentarismo: una combinación peligrosa

La doctora Roxy Suárez, médico general con diplomado en salud laboral, señala que la alimentación es uno de los factores más determinantes en este fenómeno, pero no el único. “Estamos viendo una combinación muy peligrosa: dietas hipercalóricas, consumo excesivo de bebidas gaseosas y un marcado sedentarismo”, explica.

Según la especialista, el estilo de vida actual contribuye de manera significativa al deterioro de la salud metabólica. “Muchas personas pasan más de ocho horas sentadas frente a una computadora o de pie en un mismo lugar, sin actividad física regular. A eso se suma que los tiempos de descanso para comer son muy cortos, lo que obliga a ingerir alimentos rápidamente y sin una adecuada digestión”, añade.

El consumo frecuente de refrescos azucarados y bebidas energéticas también es un factor de alto riesgo. Estos productos elevan de forma abrupta los niveles de azúcar en sangre, lo que obliga al páncreas a producir grandes cantidades de insulina de manera constante. Con el tiempo, este esfuerzo sostenido puede provocar resistencia a la insulina, antesala de la diabetes tipo 2.

La diabetes temprana: un problema silencioso

Uno de los aspectos más preocupantes de esta situación es que la diabetes en etapas iniciales puede desarrollarse de forma silenciosa. Muchas personas desconocen que padecen la enfermedad hasta que se presentan complicaciones más severas, como problemas cardiovasculares, daño renal, alteraciones visuales o neuropatías.

Los especialistas advierten que mientras más temprano se presenta la enfermedad, mayor es el riesgo de complicaciones a largo plazo. Un diagnóstico de diabetes a los 30 o 40 años implica décadas de exposición a niveles elevados de glucosa si no se controla adecuadamente, lo que incrementa el impacto en la calidad de vida y en los sistemas de salud.

Pequeños cambios que pueden marcar la diferencia

A pesar del panorama preocupante, los médicos coinciden en que la prevención sigue siendo la herramienta más poderosa. La doctora Suárez enfatiza que no siempre se requieren cambios drásticos o costosos para reducir los riesgos. “Balancear la alimentación es fundamental. Incluir frutas, vegetales y fuentes de proteína más saludables puede marcar una gran diferencia”, asegura.

La especialista recomienda comenzar con ajustes simples, como incorporar una fruta diaria —por ejemplo, una mandarina o un cambur—, reducir el consumo de refrescos y optar por agua, así como evitar el consumo frecuente de alimentos fritos y ultraprocesados. Asimismo, sugiere fraccionar las comidas y tomarse el tiempo necesario para comer con calma, incluso dentro de las limitaciones laborales.

La actividad física regular, aunque sea moderada, también juega un rol clave. Caminar al menos 30 minutos al día, subir escaleras o realizar ejercicios sencillos en casa puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y controlar el peso corporal.

Un llamado a la conciencia colectiva

Los especialistas coinciden en que el aumento de la diabetes temprana no es solo un problema individual, sino un desafío de salud pública. La falta de educación nutricional, las dificultades económicas y la escasa disponibilidad de opciones alimentarias saludables contribuyen a un entorno que favorece el desarrollo de enfermedades crónicas.

En este contexto, los médicos hacen un llamado a la conciencia colectiva: a las personas, para que presten atención a las señales de su cuerpo; a las empresas, para que promuevan pausas saludables; y a las autoridades, para que impulsen políticas de prevención, educación y acceso a una alimentación más equilibrada.

La diabetes no aparece de un día para otro. Es el resultado de hábitos sostenidos en el tiempo. Cambiar el rumbo es posible, pero requiere información, compromiso y acciones concretas antes de que la enfermedad se convierta en una condición irreversible.

Revisa también

diabetes

Novak Djokovic se reinventa a los 38 años: contrata al experto Mark Kovacs para desafiar el desgaste físico y buscar el histórico vigesimoquinto título de Grand Slam en el Open de Australia

Novak Djokovic no está dispuesto a aceptar que el paso del tiempo marque el final …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *