El ictus es una de las principales causas de discapacidad y muerte en el mundo. Conocer sus síntomas previos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Cada año, más de 15 millones de personas en el mundo sufren un ictus, también conocido como accidente cerebrovascular, derrame cerebral o, en términos más antiguos, apoplejía. Se trata de una alteración repentina del flujo sanguíneo en el cerebro que, si no se trata de inmediato, puede dejar secuelas graves o incluso causar la muerte.
En muchos casos, el cuerpo advierte minutos antes de que algo no está bien. Aprender a identificar estos signos puede ser clave para una actuación rápida y eficaz.
¿Qué es un ictus y por qué ocurre?
El ictus es una interrupción brusca del suministro de sangre a una parte del cerebro. Esto puede deberse a:
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Una obstrucción de los vasos sanguíneos cerebrales (trombosis o embolia).
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La rotura de uno de estos vasos (hemorragia o derrame cerebral).
Ambas situaciones generan un daño casi inmediato en las neuronas, y mientras más tiempo pasa sin atención médica, mayor es el deterioro. Algunas de las funciones cerebrales que pueden verse afectadas son el habla, la movilidad, la visión o la memoria.
Ictus en cifras: una emergencia global
En países como España, más de 300.000 personas viven con secuelas tras haber sufrido un ictus. De hecho, es la primera causa de discapacidad en adultos en muchas partes del mundo. Y aunque los avances médicos han mejorado las tasas de supervivencia, el tiempo de reacción sigue siendo la clave para minimizar las consecuencias.
Las señales de alerta: así te avisa el cuerpo antes de un ictus
Actuar en los primeros 5 minutos puede salvar vidas. A continuación, te compartimos los síntomas más comunes que deben encender todas las alarmas:
1. Pérdida repentina de fuerza o movilidad
Si una persona pierde súbitamente la fuerza en un lado del cuerpo (cara, brazo o pierna), es un indicio claro. Puede ser que al sonreír, un lado de la cara se caiga, o que no pueda levantar ambos brazos al mismo tiempo.
2. Alteraciones en el habla
Dificultad para hablar, expresarse con claridad o entender lo que se le dice. La afasia (trastorno del lenguaje) es una de las manifestaciones más comunes del ictus.
3. Sensación de hormigueo o entumecimiento
Un cosquilleo extraño, adormecimiento o acorchamiento en la cara, brazo o pierna, especialmente si ocurre de un solo lado del cuerpo, es una señal que no debe ignorarse.
4. Dolor de cabeza intenso y repentino
Un dolor de cabeza muy fuerte y sin causa aparente, que aparece de forma repentina, puede indicar una hemorragia cerebral. Si viene acompañado de náuseas o pérdida del conocimiento, hay que actuar con urgencia.
5. Problemas visuales
Una pérdida súbita de la visión en uno o ambos ojos, ya sea total o parcial, es otro síntoma común. También puede presentarse visión doble o borrosa.
6. Mareo, vértigo o inestabilidad
Una sensación de desequilibrio, dificultad para caminar o mantenerse de pie, así como confusión mental súbita, también puede estar relacionada con un accidente cerebrovascular.
¿Qué hacer ante la sospecha de un ictus?
Si tú o alguien a tu alrededor presenta uno o más de estos síntomas, no esperes a que pasen. Incluso si los síntomas desaparecen en pocos minutos, podría tratarse de un ataque isquémico transitorio (AIT), que suele preceder a un ictus más grave.
Llama inmediatamente al número de emergencias o acude al centro de salud más cercano.
No conduzcas tú mismo ni permitas que la persona afectada lo haga.
Toma nota de la hora en que comenzaron los síntomas, ya que este dato es crucial para los médicos.
Tiempo es cerebro: por qué actuar rápido lo cambia todo
El tratamiento más efectivo contra el ictus, como la trombólisis, solo puede administrarse dentro de las primeras 4,5 horas desde el inicio de los síntomas. Por cada minuto que pasa, mueren millones de neuronas. Una atención médica rápida puede evitar discapacidades permanentes y mejorar las posibilidades de recuperación total.