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Vacuna BCG: la inyección que deja cicatriz en el brazo y por qué no se aplica en Estados Unidos

Vacuna BCGconocida por dejar una pequeña cicatriz en el brazo— ha vuelto a ser tendencia en redes sociales, donde muchos la llaman “la marca de Latinoamérica”. Pero, aunque es parte del esquema obligatorio en gran parte del mundo, no se aplica de forma general en Estados Unidos.
¿Por qué ocurre esto y qué hace realmente esta vacuna?

¿Qué es la vacuna BCG y para qué sirve?

La BCG (Bacilo de Calmette-Guérin) es una vacuna viva atenuada, elaborada a partir de una cepa modificada del Mycobacterium bovis, una bacteria relacionada con la que causa la tuberculosis humana (Mycobacterium tuberculosis).

Su función principal es proteger a los bebés y niños pequeños contra las formas graves de esta enfermedad, como la tuberculosis meníngea o la tuberculosis diseminada, según explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) detalla que esta vacuna ha sido fundamental para reducir las muertes por tuberculosis infantil en países donde la enfermedad sigue siendo endémica.

¿Por qué no se aplica la vacuna BCG en Estados Unidos?

A diferencia de América Latina, África o Asia, Estados Unidos no incluye la BCG en su esquema nacional de vacunación.
El motivo, explica el CDC, es que en los países industrializados la tuberculosis es muy poco frecuente, por lo que la estrategia prioritaria es vacunar solo a grupos de alto riesgo después de una evaluación médica especializada.

“En países donde la enfermedad es rara, se prefiere proteger mediante detección temprana, tratamiento y control de contactos”, señala la OMS.
En contraste, “los países con alta carga de tuberculosis administran la vacuna BCG a todos los lactantes como parte del programa nacional de inmunización”.

Actualmente, 155 países aplican la vacuna BCG, lo que representa una cobertura mundial cercana al 80 %, de acuerdo con datos de la OMS.
Por regiones, la cobertura alcanza el 87 % en América, 80 % en África, 93 % en Europa, 90 % en el Mediterráneo Oriental, 91 % en el Sudeste Asiático y 92 % en el Pacífico Occidental.

Qué es la tuberculosis y cómo se contagia

La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis.
Se transmite por el aire, cuando una persona infectada tose, estornuda o habla, liberando microgotas que contienen el bacilo.

Según la Asociación Española de Pediatría, el periodo de incubación puede durar entre 2 y 10 semanas, aunque el desarrollo de la enfermedad puede tardar meses o incluso años.

El Centro Nacional de Información Biotecnológica de EE.UU. (NCBI) estima que una de cada cuatro personas en el mundo está infectada con el bacilo de la tuberculosis, y que sigue siendo la principal causa infecciosa de muerte a nivel global.

No todas las personas infectadas desarrollan la enfermedad, pero los niños y personas inmunodeprimidas son los más propensos a presentar formas graves.

Cómo y cuándo se aplica la vacuna BCG

La OMS recomienda aplicar la vacuna BCG intradérmicamente, con una jeringa de aguja fina (calibre 26 G de 3/8 de pulgada), en el deltoides izquierdo —el músculo redondeado de la parte superior del brazo—.

En países como El Salvador, el Ministerio de Salud (MINSAL) administra una dosis única (de 0,5 a 1 ml) a recién nacidos que pesen al menos 2,5 kg.
Está contraindicada en bebés con bajo peso o con inmunodeficiencias graves, como leucemia, SIDA o tumores malignos.


¿Por qué deja una cicatriz?

La cicatriz que deja la vacuna BCG se debe a una reacción local natural del sistema inmunológico.
La OMS explica que tras la aplicación, se produce una ligera inflamación (eritema), seguida de una pequeña úlcera, que luego cicatriza.

“La presencia de una cicatriz típica se utiliza como indicador de vacunación antituberculosa anterior, aunque no garantiza inmunidad completa”, aclara la organización.

En algunos países, esta cicatriz se usa como prueba visual para verificar si una persona fue vacunada en la infancia.

¿Qué tan efectiva es la vacuna BCG?

A pesar de su uso extendido, la BCG ha sido descrita como una vacuna “controvertida” por su eficacia variable.
Introducida en 1921 en París, es la vacuna más antigua aún en uso, pero su protección disminuye con los años.

La OMS estima que su efecto protector suele durar entre 10 y 20 años, y aunque protege bien contra las formas graves en la infancia, no previene la reactivación de la tuberculosis pulmonar en adultos, que es la principal fuente de contagio comunitario.

“Aunque la BCG no evita todas las infecciones, sí salva millones de vidas cada año”, subraya la OMS, que sigue recomendando una dosis única al nacer en países con alta prevalencia.

Otros usos médicos de la vacuna BCG

Más allá de su papel en la prevención de la tuberculosis, la BCG también tiene aplicaciones terapéuticas:

  • Se usa en el tratamiento del cáncer de vejiga, donde estimula una respuesta inmunológica antitumoral.

  • Ha demostrado eficacia parcial contra enfermedades como la lepra y la úlcera de Buruli, aunque no son sus principales indicaciones.

Aún así, la OMS señala que estos beneficios secundarios no forman parte de los objetivos principales de la vacuna.

La vacuna BCG continúa siendo esencial en los países en desarrollo, donde la tuberculosis sigue siendo una amenaza seria.
Aunque deja una cicatriz visible —convertida incluso en símbolo cultural de toda una generación—, su valor sanitario es incalculable: millones de niños sobreviven cada año gracias a su aplicación temprana.

Mientras tanto, en Estados Unidos y otras naciones con baja incidencia, la estrategia prioriza el diagnóstico temprano, el tratamiento preventivo y la vigilancia epidemiológica sobre la vacunación universal.

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