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Sevilla humilla al Barcelona con una goleada 4-1: los culés pierden el invicto, el liderato y muestran su peor versión en el Sánchez Pizjuán

BarcelonaEl Barcelona vivió una de sus noches más negras en los últimos años tras caer 4-1 ante el Sevilla en el estadio Sánchez Pizjuán. El conjunto dirigido por Hansi Flick perdió no solo los tres puntos, sino también el liderato de LaLiga, el invicto y el estilo de juego que había intentado consolidar durante el inicio de temporada.

El resultado deja al club catalán en una crisis futbolística y emocional, pues acumula dos derrotas consecutivas: la sufrida días atrás frente al PSG en la Champions League y esta goleada que lo deja expuesto en el torneo local.

Un Sevilla letal y un Barcelona irreconocible

Desde el inicio, el Sevilla se mostró agresivo, dinámico y con hambre de victoria, mientras que el Barcelona ofreció una versión desconocida, sin fluidez, sin orden y con una defensa que hizo agua por todos lados.

El equipo de Matías Almeyda dominó el mediocampo desde los primeros minutos, presionando alto y asfixiando la salida del conjunto azulgrana. Pedri y Frenkie de Jong, los encargados de generar juego, nunca encontraron espacios ni ritmo, y se vieron constantemente superados por el pressing rival.

El Sevilla abrió el marcador al minuto 10’ gracias a un penalti polémico sancionado sobre Isaac Romero tras un leve contacto con Ronald Araújo. La decisión del árbitro, confirmada por el VAR, generó enojo en la banca del Barcelona, aunque no fue excusa para justificar el desorden que se avecinaba.

El chileno Alexis Sánchez transformó la pena máxima con precisión, y a partir de ese momento el Sevilla no soltó el control del partido.

Una defensa descoordinada y sin liderazgo

El Barcelona mostró una línea defensiva totalmente descompensada. Araújo, Christensen y Koundé no lograron coordinarse, y cada ataque sevillista generaba peligro real.

El segundo gol llegó tras un error en la marca que dejó libre a Isaac Romero, quien definió con potencia para colocar el 2-0 parcial. Rashford descontó antes del descanso tras una buena jugada individual, pero fue solo un espejismo.

En la segunda mitad, cuando parecía que el Barça podía reaccionar, llegó el momento decisivo del encuentro: Robert Lewandowski falló un penalti que pudo cambiar el rumbo del partido. El polaco ejecutó con un estilo lento y predecible, y el arquero sevillista Odysseas Vlachodimos detuvo sin complicaciones.

Minutos después, el Sevilla aprovechó el bajón anímico de los visitantes para liquidar el duelo con tantos de Ángel Carmona y Akor Adams, sellando una goleada que dejó al Sánchez Pizjuán en euforia total.

Hansi Flick, en el ojo del huracán

El técnico alemán Hansi Flick fue duramente cuestionado por la prensa española tras el encuentro. Su planteamiento inicial, con un mediocampo liviano y sin equilibrio defensivo, permitió que el Sevilla dominara el juego desde la posesión y la intensidad.

Además, la decisión de mantener a Araújo pese a su flojo desempeño en la Champions y la falta de rotación en jugadores clave como Pedri y Gavi fueron señaladas como errores tácticos que costaron caro.

Flick intentó recomponer en la segunda mitad con el ingreso de Roony y Fermín López, pero los cambios llegaron tarde y sin impacto real.

La polémica arbitral: un penalti que encendió la discusión

El primer gol del Sevilla llegó tras una acción que ha sido objeto de controversia. Al minuto 10, Araújo y Romero forcejearon dentro del área en una jugada sin peligro aparente. Cuando el balón ya se escapaba por la línea de fondo, el árbitro decretó penalti tras revisión del VAR.

Aunque la decisión dividió opiniones, lo cierto es que el Barcelona nunca logró reponerse emocionalmente. Flick se mostró visiblemente molesto en la banda técnica y el propio Araújo fue sustituido en el descanso tras una actuación para el olvido.

Los villanos de la noche: Araújo, Lewandowski y Roony

El desastre culé tuvo varios responsables. En primer lugar, Ronald Araújo, quien protagonizó la acción del penalti y habilitó al rival en el segundo tanto. Luego, Lewandowski, cuyo fallo desde los once metros fue el golpe anímico que terminó por derrumbar al equipo.

Por último, Roony, que ingresó con energía y tuvo dos ocasiones claras frente al arco, pero en ambas remató directamente al portero. La frustración fue total entre los jugadores y los aficionados desplazados a Sevilla.

Un Sevilla en estado de gracia

El conjunto andaluz, por su parte, ofreció su mejor versión en mucho tiempo. Con un equipo compacto, rápido y disciplinado, Matías Almeyda le ganó el duelo táctico a Flick desde el primer minuto.

Su planteamiento priorizó la presión alta, la recuperación inmediata del balón y la explosión por bandas, lo que desbordó a una defensa catalana incapaz de reaccionar.

Alexis Sánchez fue una de las figuras del partido, no solo por su gol, sino por su liderazgo y movilidad constante. A su lado, Isaac Romero y Akor Adams fueron imparables, mientras que Sow y Agoumé dominaron el mediocampo con autoridad.

Consecuencias para el Barcelona

Con esta derrota, el Barcelona pierde el liderato de LaLiga y se ubica momentáneamente fuera del top tres, dependiendo de otros resultados. Además, el equipo acumula ocho goles en contra en dos partidos, algo que no ocurría desde la temporada 2003-2004.

El club también enfrenta una crisis interna de vestuario. Fuentes cercanas al equipo aseguran que algunos jugadores han comenzado a cuestionar las decisiones de Flick, especialmente en materia de rotaciones y preparación física.

El calendario no da respiro: el Barcelona deberá recibir al Villarreal el próximo fin de semana y posteriormente viajar a Londres para enfrentar al Arsenal por la Champions League.

Conclusión: un golpe de realidad para los culés

El 4-1 ante el Sevilla deja en evidencia que el Barcelona atraviesa un momento de reconstrucción futbolística más profundo de lo que se pensaba. Sin identidad, sin liderazgo y con una plantilla fatigada, el club deberá reaccionar rápidamente si no quiere ver comprometidas sus aspiraciones tanto en Liga como en Europa.

Mientras tanto, el Sevilla celebra una victoria histórica ante uno de sus rivales más temidos, demostrando que con disciplina y trabajo táctico se puede dominar incluso al más grande.

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