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Novak Djokovic se reinventa a los 38 años: contrata al experto Mark Kovacs para desafiar el desgaste físico y buscar el histórico vigesimoquinto título de Grand Slam en el Open de Australia

Novak DjokovicNovak Djokovic no está dispuesto a aceptar que el paso del tiempo marque el final de su dominio en el tenis mundial. A sus 38 años y ubicado actualmente como número cuatro del ranking ATP, el serbio ha tomado una decisión estratégica que confirma su ambición intacta: incorporar a su equipo de trabajo a Mark Kovacs, uno de los especialistas en preparación física y rendimiento más reconocidos del circuito internacional. El objetivo es claro y directo: optimizar su condición física para competir al máximo nivel y buscar su vigésimoquinto título de Grand Slam, una cifra que lo convertiría en el jugador más ganador de la historia del tenis.

Djokovic inició su pretemporada antes que la mayoría de los integrantes del top 10, luego de renunciar a disputar las ATP Finals de Turín y ante la ausencia de Serbia en la fase final de la Copa Davis en Bolonia. Esta circunstancia le permitió adelantar su planificación física y mental con la mirada puesta en un único gran objetivo: el Open de Australia, torneo que ha conquistado en diez ocasiones y donde considera que todavía tiene una oportunidad real de seguir haciendo historia.

El Open de Australia, una cita clave en la recta final de su carrera

El Abierto de Australia representa mucho más que un torneo para Djokovic. Melbourne Park es el escenario donde ha construido una parte fundamental de su legado, convirtiéndose en el máximo campeón del certamen. Un eventual título en la edición que se disputará entre el 18 de enero y el 1 de febrero no solo le permitiría sumar su undécima corona en Australia, sino que también lo colocaría en solitario en la cima histórica de los Grand Slams, superando los 24 títulos que actualmente comparte con la legendaria australiana Margaret Court.

Consciente de que las oportunidades se reducen con cada temporada, Djokovic afronta este tramo de su carrera con una mentalidad distinta: menos torneos, más planificación y una obsesión absoluta por el cuidado del cuerpo. En este contexto surge la incorporación de Mark Kovacs, un movimiento que refuerza la idea de que el serbio no deja ningún detalle al azar.

Quién es Mark Kovacs y por qué su llegada es clave para Djokovic

Mark Kovacs no es un nombre desconocido en el tenis de alto rendimiento. Excampeón universitario y referente en el ámbito del acondicionamiento físico aplicado al tenis, es director ejecutivo y cofundador de la International Tennis Performance Association (ITPA), una organización dedicada a la educación, investigación y certificación de entrenadores y preparadores físicos especializados en este deporte.

A lo largo de su carrera, Kovacs ha trabajado con figuras destacadas del circuito profesional, tanto en la rama masculina como femenina. Entre los nombres que han pasado por sus manos se encuentran Coco Gauff, Sloane Stephens, Madison Keys y John Isner, atletas de élite que han confiado en su metodología para potenciar el rendimiento, prevenir lesiones y extender su longevidad deportiva.

Además de su experiencia directa en el tenis, Kovacs cuenta con un perfil ejecutivo poco habitual en este ámbito. Ha ocupado cargos de responsabilidad en grandes corporaciones como PepsiCo, Gatorade y también en el departamento deportivo de los Cleveland Cavaliers de la NBA, lo que le ha permitido integrar conocimientos de distintas disciplinas al trabajo físico de los atletas.

Para Djokovic, la llegada de Kovacs supone sumar una visión científica y estructurada en una etapa donde cada ajuste físico puede marcar la diferencia entre competir por títulos o quedar relegado ante rivales más jóvenes.

Djokovic y su obsesión histórica por el cuidado del cuerpo

Si algo ha distinguido a Novak Djokovic a lo largo de su carrera es su enfoque casi obsesivo en el cuidado integral de su físico. Mucho antes de que la longevidad se convirtiera en una tendencia entre los grandes campeones, el serbio ya trabajaba con un equipo multidisciplinario enfocado en nutrición, flexibilidad, prevención de lesiones y salud mental.

Uno de los momentos clave de esta transformación ocurrió en 2010, cuando Djokovic incorporó al nutricionista Igor Cetojevic. Fue entonces cuando se le diagnosticó intolerancia al gluten y a la lactosa, lo que derivó en un cambio radical en su alimentación. El tenista eliminó el gluten, los lácteos y el azúcar refinado de su dieta, una decisión que marcó un antes y un después en su rendimiento.

A partir de ese ajuste, desaparecieron los problemas alérgicos y las caídas físicas que solían afectarlo especialmente durante la gira europea de tierra batida. Desde entonces, Djokovic no solo mejoró su resistencia y recuperación, sino que alcanzó un nivel de consistencia que lo llevó a dominar el circuito durante más de una década.

Desafiar el calendario y extender la carrera hasta Los Ángeles 2028

Djokovic ha confesado en varias ocasiones que su gran meta a largo plazo es llegar en activo a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Aunque se trata de un objetivo ambicioso para un tenista que superará los 40 años para entonces, su historial demuestra que no se trata de una simple declaración simbólica.

La contratación de Mark Kovacs encaja perfectamente en esa visión. El enfoque no está únicamente en ganar un torneo puntual, sino en prolongar la competitividad del cuerpo durante varias temporadas más, minimizando el desgaste acumulado y ajustando la carga de trabajo a las nuevas exigencias de la edad.

En lugar de competir de manera constante, Djokovic ha optado por un calendario selectivo, priorizando los grandes torneos y reduciendo la exposición a eventos que puedan comprometer su físico sin un beneficio claro.

Una pretemporada diseñada al milímetro

El serbio comenzó su preparación en Catar, país con el que mantiene un vínculo comercial como imagen de su aerolínea nacional. Posteriormente, trasladó su base de entrenamiento a Atenas, donde ha continuado afinando detalles físicos y técnicos junto a su equipo.

A diferencia de otros años, Djokovic ha decidido no disputar torneos previos al Open de Australia, apostando todo a llegar fresco y en condiciones óptimas directamente a Melbourne. Esta estrategia, aunque arriesgada, responde a una planificación específica orientada a maximizar el rendimiento en un torneo que conoce como pocos.

El desafío final: juventud contra experiencia

El panorama actual del tenis presenta una nueva generación de jugadores jóvenes, potentes y con gran capacidad física. Sin embargo, Djokovic confía en que su experiencia, inteligencia táctica y preparación física especializada puedan compensar la diferencia de edad.

Con Mark Kovacs como nuevo aliado, el serbio busca afinar ese equilibrio entre explosividad, resistencia y recuperación, consciente de que cada partido en un Grand Slam exige un nivel extremo de exigencia.

La apuesta está sobre la mesa: si Djokovic logra conquistar el Open de Australia, no solo alcanzará el vigésimoquinto Grand Slam, sino que consolidará uno de los legados deportivos más extraordinarios de la historia moderna. A los 38 años, lejos de rendirse, Novak Djokovic vuelve a reinventarse para seguir desafiando al tiempo.

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